Estamos a pocas horas del fin de este maravilloso año 2006.
No puedo decir que fue el mejor año de mi vida, porque espero que el mejor esté aún por llegar. Pero ciertamente fue uno de los más emocionantes. Con sus alegrías y sus tristezas, porque de eso está hecha la vida, fue un año lleno de sorpresas y que definitivamente superó mis expectativas.
No puedo decir que fue el mejor año de mi vida, porque espero que el mejor esté aún por llegar. Pero ciertamente fue uno de los más emocionantes. Con sus alegrías y sus tristezas, porque de eso está hecha la vida, fue un año lleno de sorpresas y que definitivamente superó mis expectativas.
Recuerdo que a mediados de Junio mi papá me reenvió el mail que yo había mandado con motivo de estas fechas, y que decía, literalmente: “Feliz noche de cambio de año!! Les prometo que el año que viene promete ser prometedor”. Pues, me quedé corta. Y no pensé que fuera a ser tan premonitorio.
No recuerdo haber estado tan conforme y tan en paz con un año que se iba.
Visto y considerando todo esto, me tomé la libertad de hacer un anuario para conmemorar este año 2006.
Comenzó bien arriba. Una fiesta de fin de año memorable, un mes de Enero lleno de expectativas y preparativos. Un amiguito nuevo en casa!! Hacía dos días que Nico me había despertado con la ayuda del Viggo, qué hermosa criatura. Cerca del 20 pasamos un fin de semana en Ascochinga, con la familia de Berni, aprovechando cada segundo con los amigos que iba a dejar lejos.
Febrero trajo consigo la cuenta regresiva. Los tiempos se me acortaban. Lo bueno era que tenía la compañía espiritual de mi Champa y mi Jere, que estaban en la misma. Ellos también estaban a punto de embarcarse en una aventura. Y eso me ayudaba bastante.
Empezamos con una visita a Icho Cruz. Quería despedirme de ese lugar mágico que me dio tantos momentos inolvidables. El Jere y Berni se nos sumaron.
El 12 llegó el Mono, de México. Regresó a Argentina después de dos años, para poder saludarnos y despedirse de nosotros. Después de mucho tiempo estábamos los cinco juntos otra vez, y a punto de separarnos de nuevo. Las emociones comenzaban. El cumple del Champa fue una celebración especial. Luego de tirarlo a la pileta como todos los años, fueron a por el Jere. El tackle que le metió Berni fue de antología. Como iban a embarcarse juntos, era justo que empiecen desde ya a pasar los dos por lo mismo, jaja.
Y después, el gran evento. LA Fiesta de Despedida!! Salió mejor de lo que esperábamos. Claro, que éramos cuatro los anfitriones. Jere, Champa, Marcos y yo. Todos utilizabamos la excusa de nuestra emigración para juntar a algunos de nuestros seres queridos en un solo lugar, y celebrar hasta el cansancio. Fue bastante emocional, por culpa del Andrés, que fue el primer borracho en llorar, y terminamos todos en lágrimas. Hasta el Mono!! Todavía me acuerdo textualmente todo lo que me decía el pendex. Me alegra saber que se recuperó bastante, jajaja.
Y al final llegó el día. El último día de Febrero fue el último día del 2006 que pasé en Córdoba. Fue un día gris y nublado, pero yo estaba tranquila, en paz. Había llegado el día que tanto pánico me producía, y yo estaba tranquila. No tenía la menor idea de qué me esperaba del otro lado, pero ya no tenía miedo.
Una selección de los personajes más significativos de mi vida en Córdoba, me acompañaron en cortejo al aeropuerto. Mi familia, adorada familia; Ana, siempre presente en momentos importantes; mis muchachos, los cuatro sospechosos de siempre y el Chinito querido; Analía, mi más mejor; la Vale y el Eze.
Y al final partí... Sin mirar para atrás... por las dudas, jeje.
Me acuerdo que en el avión intenté leer las cartas que había recibido. Empecé por la de la Vale, y no pude seguir. Todo estaba tan a flor de piel. Estúpido de mi parte intentarlo... Al final, y afortunadamente, dormí todo el viaje.
Cuando desperté ya era Marzo. Y estaba a punto de aterrizar en Barcelona.
El Pato me estaba esperando en el aeropuerto. Yo estaba fuera de mí. No podía creer que al fin estaba acá, después de todo lo que pasé para poder venir. Y ahora estaba acá...
Me acuerdo como si fuera ayer, apenas bajamos del Aerobus en Plaça Espanya, yo comenté sorprendida que sentía olor a mar...
También recuerdo con lujo de detalles el mismísimo momento en que entré por primera vez al Alberguinn.
Recuerdo las primeras caminatas por la ciudad, la repartija de curriculums, la primera vez que vi el Mediterráneo y lloré, los primeros Barceloneando. Recuerdo la alegría del primer trabajo, en el restaurant, aunque sólo duré dos días, jeje. Recuerdo la visita de Mayte, la novia del Mono.
Recuerdo todos los personajes que conocí en ese mágico mes de Marzo y las tertulias multilingüísticas que tuvieron lugar. Cirilo, mi amigo incondicional, los dos Danis, el sevillano y el neuquino, Tim, Gaia, Alfonso, Gregory!! Nisha, Paloma. De la mano de los últimos tres llegó la primera incursión en la vida nocturna de Barcelona. Y con todos ellos también vinieron las primeras despedidas...
Y más alegrías! Estaba todo cocinándose para que yo empiece a trabajar en el Alberguinn!! No podía creer que todo me esté saliendo tan bien. No podía creer el increíble trabajo que estaba a punto de conseguir.
Y el 1 de Abril empecé. El primero de Abril fue el día en que mis jefas consideraron que podían dejarme sola. Mi primera prioridad era no defraudarlas. Y disfrutaba tanto ese trabajo!! Y cuando no podía pedir más, llegó Eric. Me acuerdo cuando llegó porque fui yo la que lo recibió. Al final del check-in me pasó la mano y me dijo “Mi nombre es Eric”. Con él hice el primer City Tour por la ciudad, y vi la Sagrada Familia por primera vez. El día que se fue, además de llorar muchísimo, fue el día en que me “mudé” por unos días. Fue mi primer Pascua lejos. Y mi primer experiencia (aunque breve) viviendo sola. Ese fin de semana lo pasé en la casa de Pilín y familia, que me habían dejado encargada en su ausencia. Mientras estaba ahí, un día cualquiera, recuerdo que me llamó Patricia, y me dijo que había un chico, que se llamaba Mário, que vivía con Lucía (a quien reemplacé en el Alberguinn) que había pasado preguntando si no tenía alguien interesado en una habitación y Patricia había pensado en mi. La magia continuaba sin pausa... Es muy surrealista cuando pensás en las “causalidades” que te fueron llevando hasta donde estás...
Recuerdo el día en que fui a comprar la camiseta del Barça para el Andrés, y levantarme a las 4 de la mañana porque él quería que lo llame a las 11 de allá :s
Conocí más gente en el Hostel, Tim y Henry, los británicos que vivían perdiendo vuelos. Lotte, Kennedi, la tuna de portugueses, Marie-Eve, Angela que adoraba bailar...
Eran épocas de los primeros paseos por la parte antigua de Barcelona, el barrio Gótico y el Borne. La primera vez que fui a Parc Guell, y quedé hechizada por ese mundo, el mundo de Gaudí. Mis primeras visitas a la playa, rindiéndole culto al solcito, que estaba cada vez más cerca. La primavera se comenzaba a hacer sentir.
Recuerdo como si fuera ayer, el día que fui a conocer y “evaluar” el departamento que me habían ofrecido. Recuerdo el momento en que este chico llamado Mário, con quien había hablado por teléfono, me abrió la puerta. Recuerdo la primera vez que al brasilero que también iba a vivir conmigo, un tal Bruno, cocinando brócoli, con una sonrisa de oreja a oreja y un mate en la mano.
La segunda vez que vi a Mário fue en el Alberguinn, yo estaba de civil en el sillón, y él había ido a acompañar a sus padres, que iban a pasar con nosotros una semana. A los pocos días la madre de Mário se acercó a la recepción, pura sonrisas, y me preguntó si yo era la chica que se iba a vivir con su hijo, jajaja.
Y el primero de Mayo me mudé. Me costó dejar el Alberguinn, pero sabía que era para mejor. De todos modos no esperaba que fuera tan para mejor. No esperaba que nos termináramos convirtiendo en una verdadera familia. Ni en mis sueños más inverosímiles imaginaba todo lo que vino después.
Yo estaba feliz de tener mi espacio por fin. Mi primer adquisición fue la lámpara para mi mesita de luz.
De a poco fuimos gestando esta inmensa amistad que tenemos ahora.
Me acuerdo el primer paseo juntos. El sábado 6 de mayo, Bruno, David, Ryan y yo, nos fuimos a la playa a disfrutar de la Red Bull Air Race, la famosa carrera de aviones.
Me acuerdo de la noche de la despedida de David, yo volví de trabajar y ya estaban todos borrachos, jajaja. Eran las épocas en las que en ningún fin de semana faltaba Ryan en casa. Grzegorz brillaba por su ausencia, vivía más afuera que adentro. Aún lo conocía muy poco.
El 7 fue la caravana del Barça, conmemorando la reciente adquisición del campeonato europeo.
El 19 de mayo fue el día que conocí a Marmita, que había venido a visitarlo a Mário. El 20 de mayo me fui a conocer Girona, y quedé alucinada. Era mi primer contacto del tercer tipo con lo medieval. Cuando volví, había invitados a cenar. Mário, Bruno y Marmita estaban cenando con Ana y una chica que me presentaron como Pati. Las vueltas de la vida dictaron que se convierta en una gran amiga mía.
El 31 de Mayo, día del cumpleaños de mi mamá, fue el recital de los Red Hot Chilli Peppers. Y recuerdo que ya tenía comprada mi entrada para el show de Pearl Jam que iba a ser el 1 de Setiembre.
Y Junio no fue menos. Era el mes del mundial. Además, dos hitos fundacionales en mi vida tuvieron lugar en este mes. El 10 de Junio me marcó profundamente. Había ido a ver “qué onda” con la expo comic que tenía lugar en la Fira de Barcelona. Y paseando por los stands, descubrí el de Ciruelo. Jamás hubiera imaginado lo que aconteció a continuación. Ahí estaba, en carne y hueso, delante mío, la persona que más admiro profesionalmente sobre la tierra. Ahí estaba la persona que me inspiró desde el momento en que supe de él. Estaba ahí, y yo no conseguía creerlo. Temblando de pies a cabeza de la emoción, me acerqué a saludarlo, e inmediatamente me largué a llorar. Lo llamé al Jere llorando y el pobre no entendía nada, jajaja.
Ese día también fue el partido inaugural de Argentina en el mundial. Comí empanadas, y me desarmé los pulmones gritando junto a muchos otros argentinos No era fácil estar lejos de casa en ese momento albiceleste. Calmé mis ansias de argentinidad llamándolo al Jere, otra vez.
Al otro día volví a la expo-comic a por mi foto con Ciruelo, y me lo encontré a Luis Royo, la segunda persona que más admiro profesionalmente en el mundo (después de Ciruelo, claro).
A estas alturas ya no entendía nada. Qué estaba pasando?? Qué tenía este lugar que hacía que todo me salga bien, que todo sea bueno? Lo único que podía encontrar de negativo era lo mucho que extrañaba a veces. Pero ni siquiera eso era 100% negativo ya que me hizo ver lo mucho que quiero a toda esa gente que dejé allá.
El 23 de Junio fue otra fecha inolvidable. La verbena de San Juan. La fiesta más grande que tiene Barcelona y toda España. Una hermosa celebración en la que absolutamente toda, pero toda Barcelona se reunió en la playa a festejar. Hacía calor, y el olor a pólvora de los petardos flotaba en el aire. Yo estaba convencida de que era la noche de Navidad.
También en Junio vinieron Milene y Carolina de Portugal.
Y como dije, eran épocas del mundial, y de a poco fui conociendo a toda esta “galera brasileira” que hoy son mis amigotes. Recuerdo cómo a cada visita entendía un poco más lo que decían. Y cómo poco a poco fui queriéndolos.
Junio terminó un poco abajo, el día que Argentina se fue del mundial, fue el día que Ryan se volvió a Inglaterra. Todo el mundo me consolaba. Que poco me conocian que pensaban que lloraba por un mundial.
Julio comenzó mal, pero por suerte remontó enseguida.
Empezó con la partida de Mário. La última noche que pasó en Barcelona, como siempre sucede, me di cuenta de todo él lo que significaba para mi. Cuando se fue, Bruno y yo lloramos. Esa misma noche también fue el momento en que Pati y Aline se mudaron con nosotros.
Y a los tres días, todo era maravilloso otra vez. El 6 de Julio partí para Estepona, y me reencontré con dos de las personas que más amo sobre la tierra, el Jere y el Champa. Fue un fin de semana mágico. El reencuentro. Creo que nunca habíamos pasado tanto tiempo separados. Volver a verlos fue increíblemente hermoso. Pasamos unos días maravillosos juntos. Fue mi primer viaje, y fue muy especial. Muy especial...
Ya era pleno verano, ya estábamos todos bronceados. Las visitas a la playa eran cada vez más frecuentes.
El 18 de Julio, cumpleaños del Nico, Pati se compró la computadora, y yo un día después. Recuerdo la paella que fuimos a comer para celebrar el día del amigo.
El 24 fuimos con Pati y Bruno a Sitges. Me acuerdo lo que nos reímos jugando en el agua con la pelota que me había regalado un alemán en el Alberguinn.
Aunque ya se lo extrañaba muchísimo a Mário, fue un mes feliz, lleno de risas.
Agosto transcurrió un poco más tranquilo. Un poco más en la normalidad, si es que eso es posible en esta maravillosa ciudad. Mes de salidas nocturnas y de paseos varios.
El primerisimo día de Agosto compramos nuestros pasajes para Lisboa. La suerte estaba echada. Volábamos el 17 de Setiembre a reencontrarnos con Mário.
El 18 de Agosto fue su cumpleaños, y lo llamamos por teléfono. Estaba en un restaurant, cenando con sus padres. Y se emocionó con nuestro llamado. Fue hermoso hablar con él.
En agosto, una noche, y de casualidad, conocí a Gonzalo, el primer cordobés que encontraba en Barcelona. Aunque en realidad me encontró él a mí. Pasó por mi lado en City Hall, y me preguntó si yo era cordobesa. Asombrada, le pregunté cómo sabía. Me respondió: “Flaca, porque te escuché estirar tanto una A que la dejaste finita” Jajajaja, definitivamente era cordobés. Nos colgamos charlando toda la noche. Algunos días después lo fui a visitar a Casteldellfells.
Los últimos días de Agosto se vieron ensombrecidos por la noticia de que no podían darme los días para ir a Lisboa. Mi primer gran desilusión dio paso a mi lucha más ferviente. Eso sí, había comenzado la cuenta regresiva. Estaba a punto de revivir una de las experiencias más emocionantes de mi vida.
Setiembre comenzó con un inmenso regalo. Tocaba Pearl Jam en Barcelona!! Hacía meses que tenía la entrada. No podía creer que estaba a punto de volver a verlos en vivo, a menos de un año de la primera y última vez. Y Pati fue conmigo!!
Fue el mes de las Fiestas Mayores de los barrios barceloneses.
El mes continuó bien arriba. Unos días antes de la tan esperada fecha del viaje a Lisboa, me comunicaron que sí podía ir. Yo no cabía en mí de la felicidad. Esa noche, volví de trabajar y compré pizzas para todos, para celebrar. Cuando pensaba que por fin tenía algo de qué quejarme, algo que me había salido mal, de pronto se enderezaba y me salía bien. No podía pedir más. Seguía sin un mínimo motivo para estar mal.
Y al final el día llegó, y partimos hacia la preciosa Lisboa, a esa mágica aventura, esa semana de ensueño que viví junto a “mi familia lejos de mi familia”.
Y apenas empezó Octubre, iniciamos otra cuenta regresiva, que terminaría el 12, día en que recibimos la visita en casa de tres personitas muy especiales. Mário, eternamente extrañado, y bienvenido, y sus dos amigos que al poco fueron los nuestros también, Ivo y Manuel. El día que se fueron, como no podía ser de otra manera, lloré. Y al mismisimo día siguiente, lloré otra vez, pero de alegría. Me había llamado el Jere para decirme que llegaba a Barcelona el 1 de Noviembre, y que iba a estar conmigo para mi cumpleaños. Así que inicié una vez más, otra cuenta regresiva! Si me la pasaba contando días para algún evento! Siempre había algo por lo que esperar. Qué año....
También en Octubre, despedimos a Gzregozr, con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos. Y le dimos la bienvenida a Ricardo, un personaje imposible de no querer.
Y así fue como arranqué Noviembre. Yendo a buscar al Jere a la Estación de Sants. Qué alegría! Qué feliz que me sentía de recibirlo en mi hogar!! Qué más podía pedir!! Y ese mismo día fue el reencuentro del Jere con su hermano! Uno de los momentos más emocionantes que he vivido jamás. Aún sigo feliz de haber sido parte de eso.
Fueron unos días maravillosos. Tener al Jere en mi casa era un verdadero honor para mí. Yo ya no podía subir más alto, ya no tenía más nada que pedir. Y una vez más, la vida me sorprendió. Sí se podía subir más alto!! Una noche, caminando por la calle, se me apareció el Champa por la espalda!! Qué felicidad, qué mes maravilloso. Qué cumpleaños inolvidable. Cuántas cosas vividas! Y encima, como si todo esto fuera poco, volvió Mário. Me dio el inmenso regalo de venir para mi cumpleaños. Si ya nos veíamos una vez por mes!!
Para equilibrar un poco las cosas, para recordarme que todo esto no era un sueño (porque ya estaba creyendo eso), el 21 de Noviembre recibí una noticia que me destrozó. La Janny ya no estaba en este mundo. Se había ido, ya no la vería más. Lloré. Lloré muchísimo, y desconsoladamente. Lloré como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Sentí muchísimo dolor. Pero no perdí la cordura. Porque entre todo lo que aprendí este año, aprendí también que el dolor es parte de la vida, y que es necesario. Así que me entregué a lo que sentía, y seguí llorando.
A esto se le sumó una nueva despedida de Mário. Iba a ser la última. Ya no lo vería hasta quién sabe cuando. Y eso también dolía. Bastante.
Noviembre fue el mes más agitado que tuve.
Momentos para recordar también fueron mi primer visita al Camp Nou, a ver jugar al Barça y nuevos amigos en el Alberguinn, Mariano, Maria Eugenia y Micaela.
Y en los últimos días, más emociones. Mi fantástico viaje a Amsterdam, siguiendo los pasos de mis padres, conocer a mi primo Gerry como si fuera la primera vez, y nuestra visita a Tante Adele quedarán en mi memoria por siempre.
Y allá en Amsterdam llegó Diciembre, y con él los balances, y otra cuenta regresiva, la de la vuelta a casa. Pero todavía faltaba mucho por vivir.
El Alberguinn cerró, y empezaron mis vacaciones. Barcelona empezaba a vestirse de fiesta, preparándose para las celebraciones de fin de año. Y empezaba también a llenarse de gente.
Mi viaje en auto por el norte de Catalunya fue una experiencia terriblemente enriquecedora. Mis ojos son dignos de envidia de los paisajes que vieron. La piel de gallina a cada paso, a cada kilómetro que avanzaba, a cada pueblito que visitaba.
Y luego empezaron las fiestas, que no terminarán hasta que me vaya.
Primero el cumpleaños de Bruno. Una semana después llegó la Navidad. Esta noche celebraremos el pasaje de año, y en una semana más, mi fiesta de despedida.
Como verán, fue un año como pocos. Fue todo lo que pude pedir, y mucho más aún. Seguramente me olvidé de agregar miles de pequeños detalles que lo hacen aún más mágico. Pero así y todo, mirando hacia atrás, no tengo nada que decir en contra. Nunca, pero nunca, hubiera imaginado vivir un año así. Me siento inmensamente afortunada de llegar al día de hoy con tanta felicidad, con un balance inmejorable, con tantas ganas de continuar.
Sólo espero, fervientemente, que el 2007 sea para ustedes mejor de lo que fue el 2006 para mí. Y, como habrán visto, eso es mucho decir...
Los quiero muchísimo! Gracias por compartir un pedacito de sus vidas conmigo...
FELIZ 2007!!!