Sono arrivata!!!

Ciao a tutti!! E finalmente sono a Roma!!

Como se dice por allá: "Todos los caminos conducen a Roma", pues, el mio no iba a ser la excepción!!

La mudanza no fue fácil, jeje. El otro día les contaba de lo mucho que me cuesta irme... y a eso se sumó la cantidad impresionante de equipaje que llevaba!!

Por lo menos ahora no tuve que pagar exceso de equipaje puesto que viajé en autobús, jeje, que viva que soy...

Aline y Elis (su madre) fueron a despedirme a la estación. Las otras dos personas que seguramente hubieran ido a despedirme, ya no estaban en Barcelona...
El viaje fue tranquilo. Un poco largo, pero por suerte paraba a cada rato (:s) y se me hacia más corto. La primer parada fuera de Barcelona fue en Girona, mi vieja amiga. Ahí anocheció, por lo que el paisaje a partir de ahí consistía sólo de lucecitas amarillas, jejeje.
Atrás mío había una boliviana, al parecer, sin papeles, que charlaba con un italiano y lo único de lo que hablaba era del miedo que le tenía a la frontera.

Entonces me calcé mis auriculares y me apoyé sobre la ventanilla. Tenía los dos asientos para mi sola así que hasta podía estirar las piernas. En determinado momento me dormí, pero me desperté repentinamente cuando el autobús volvió a detenerse. Estábamos en la frontera con Francia. Jojo!! Qué groso!! Es mucho más significativo esto de las fronteras cuando viajas por tierra. Si vas en avión eso de traspasarlas es todo "virtual", jejeje.

Estábamos en medio de la ruta y de pronto subió un gordo bigotudo que gritaba "Passeports, s'il vous plaît!!!"

Todo era muy de película. El "agente" tenía una campera azul con peluche en el borde de la capucha, jajaja, muy cinematográfico. Y abajo había unos cinco oficiales más, con perros. El trámite fue muy rápido, miró todos nuestros pasaportes deteniéndose un poco más en los de aquellos con algún tono de piel diferente. Que joputas...

Por fortuna, mi pasaporte de color bordó una vez más hizo su trabajo... Qué valioso que es para mi ese pedazo de plástico y cartón!!

Seguimos viaje. Aunque por la ventanilla no podía ver mucho, de vez en cuando distinguía los carteles. Perpignan, Montpellier, todos acentuados en la última sílaba.
Al cabo de un rato, un cartel me hizo saltar el corazón. Decía "Nice 60km" (si estoy acá!!). Foooaaa!! Que fuerte!!!

Estaba ilusionada con pasar por Niza pero no pensé que me iba a provocar tanta emoción!!Seguiamos avanzando y los carteles venian cada vez más seguido. Nice, Nice, Nice, por todos lados. A mi se me cerraban los ojos del sueño pero luchaba por quedarme despierta. No me iba a dormir ahora!!!

Y mientras, venía pensando mucho. De pronto recordé ciertas palabras de Víctor. Una vez le llamó la atención que yo tenga dos nombres y que responda a los dos de la misma manera. Y me dijo: "Tenés que decidir quién querés ser. Entiendo que Nice te guste, pero es un nombre que tiene mucho peso para vos. Es un nombre que carga con un idilio de tus padres que ya no existe, y ese significado afecta quien sos". Me dejó pensando mucho esa vez. Sería que si yo quería ser Nice, ya no existiría?? Que significaba eso??

Y ahora que estaba acá, y veía mi nombre por todos lados, de golpe tuvo otro sentido. Que hay más lindo que llevar en el nombre, el recuerdo de un amor??? Y qué si ya no existe?? Eso no lo hace menos verdadero. Y yo soy Nice.

Y de pronto, me sentí orgullosa. De todo, de llamarme como me llamo, de estar donde estoy, de hacer lo que hago, de sentirme como me siento, de saber lo que sé, de tener la familia que tengo, y de los amigos que elegí en mi vida. Me vino una sonrisa a la cara, y vi que todo iba a estar bien. Que me había convertido en una persona fuerte, segura, decidida. Todo lo contrario de lo que era antes. La inmensa "saudade", tan común ahora, era un precio alto, pero pagable a cambio de todo lo que había ganado...

Al fin llegamos a Nice, y aunque no vi mucho, estaba tan exaltada que la encontré hermosa. Sólo veía las lucecitas como guirnaldas sobre las montañas, y el negro terciopelo del mar que recortaba la costa. Fue hermoso...

Y luego ya me podía dormir tranquila. Me desperté cuando un italiano (gordo también) nos pidió a los gritos que agarremos todas nuestras cosas y bajemos del autobús. Estábamos en la frontera italiana, cerca de Ventimiglia.
Joder!! Con todas las cosas que cargaba!! No podía dejarlas arriba?? Así que entre que estaba dormida, y que me colgaba todo lo que llevaba, me demoré mi tiempo en bajar. Era la única que quedaba arriba, jajaja, y el "poliziotto" me esperaba pacientemente. Cuando bajé, el resto de los pasajeros estaban todos amontonados como en un corralito de policias. Unos tres o cuatro oficiales subieron al autobús con perros y lo recorrieron de punta a punta.

Al cabo de unos minutos, aparentemente satisfechos, nos dejaron subir de nuevo. Y me dormí al instante.
Cuando abrí los ojos otra vez, ya era de día. Y el paisaje había cambiado considerablemente. Que belleza!! Todo verde! Campiñas enormes y redondeadas sierras con casitas aquí y acullá.

Hicimos una nueva parada en Florencia, y yo estaba que me salía por la ventana de ansiedad. No se veía nada del otro mundo, sólo un montón de edificios de departamento. Hasta que a la vuelta de una esquina aparecio la cúpula. No le pude sacar fotos, pero creanme que me emocioné, jejeje.

Y al fin llegamos a Roma, "la bella Roma". Y bajé en la estación con todo mi equipaje y no saben lo que me costó llegar hasta un "fucking" taxi!! Llevaba el bolso tres metros. Volvía, arrastraba una valija hasta el bolso, y volvía a por la otra, y así por unos 20 mts hasta que encontré la "fermata" de taxis.

Estaba a unos 7 mts todavía y el taxista me miraaaba y me miraba. Le hice señas de que si, que mi intención era llegar hasta él. Y ahí se dió por aludido y vino a ayudarme, jeje.

Le entendía solo la mitad de lo que me decía, pero me alcanzaba como para poder acertar en mis réplicas, jajaja.
Estábamos en una punta de Roma y mi futuro hogar quedaba en el otro extremo. Así que el viaje fue largo (y carísimo!!) y se sumó el famoso tráfico característico de Roma. Pero al fin llegamos.

Le había mensajeado a Mariachiara para decirle que estaba llegando, y me dijo que se iba a retrasar un poco porque aún estaba en el hospital. Estaba un poco nerviosita. Cómo sería Mariachiara?? Será piola? Le caeré bien?? Había sido más que amable por e-mail, pero no sabía como sería en persona.

Llegamos al lugar y como el portón estaba abierto, el taxista se metió. Apenas entrar, había unos lugares para estacionar, muchos canteros con plantas, y unos cuatro edificios. Todo forma parte de un complejo de departamentos muy lindo, con mucho verde. Me quedé esperando sentada en un cantero hasta que llegue Chiara, que no tardó en aparecer, con una amiga, Gaia.Luego de las presentaciones pertinentes, y de los comentarios de asombro sobre la cantidad de equipaje que traía, cargamos las valijas en el auto de Gaia y nosotras subimos a pie por una callecita que llevaba a los edificios de más atrás.
Chiara sacó un manojo con quinientas llaves y abrió la puerta del edificio. El departamento de su "zio Bartolo" está en una planta baja... Menos mal...

Entramos y me quedé con la boca abierta, era enorme!! E iba a estar sola ahí, jejeje. Sobre una mesa en el salón encontramos una esquela que había dejado la madre de Chiara cuando vino por el fin de semana, con todas las instrucciones para todo, desde como prender la caldera de la calefaccion, hasta donde estaba guardada la plancha. Chiara me explicó todo y luego hizo café y nos sentamos las tres a charlar.
Me alegra decir que es súper piola, y su amiga también. Y me hicieron sentir muy bienvenida y me prometieron que me iban a sacar a pasear y a presentarme a sus amigos cuando pase la época de exámenes, jejeje.

Todavía no puedo decir que empecé mi vida en Roma porque recién llego, y todo es demasiado nuevo y diferente para mi. Pero estoy tranquila, porque siento lo mismo que sentí cuando llegué a Barcelona, y al final pude llamarla "mi casa".

Roma, preparate, acá estoy yo!!!!