jueves, agosto 06, 2009

Qué verguenza...

En el país de los bananas que vendría a ser mi patria, no se salva nadie... Qué verguenza...
Comparto con todos ustedes la indignación de la persona que más admiro en el mundo, al ver su mundo (y por ende, el mío) atropellado por éste mundo... y sus chantas.
Tenía al Centro Cultural Recoleta como uno de los más prestigiosos y serios de los pocos que quedan en Argentina... no era tan así...

Publicado por Ciruelo Cabral, en su página:

"Creo que es momento de que se conozcan algunos detalles irregulares que rodearon mi exposición en el Centro Cultural Recoleta. Todo comienza con un cambio de reglamentos por parte del centro que me impedía vender libros y láminas durante la muestra. Siendo la venta de merchandising la única remuneración que yo recibiría en la exposición les respondí que no podía aceptar esa condición. Ellos decían que en las muestras del centro no se podía vender nada y que el único ingreso de dinero debía ser la venta de entradas. Les respondí que entonces no hacía la muestra. Al otro día me dicen que sí accedían, pero que la venta la debían gestionar ellos y debían quedarse con un porcentaje. Yo acepté. Hacía varios meses que mis agentes, Vocación, habían empezado a invertir dinero en la producción de la decoración, luces, organización, etc. y yo no podía parar todo a veinte días de la inauguración.Así que el dinero recaudado por la venta de mis libros y láminas fue gestionado y recaudado por el Centro Cultural con la condición de que pronto me lo liquidarían. Por supuesto que además se quedaron con la venta de entradas. Hoy, seis meses después de que empezaran las ventas, todavía no he recibido nada. Los motivos son que los trámites requieren de las firmas de infinidad de funcionarios en muchas oficinas gubernamentales.Debo aclarar que los libros vendidos tienen un coste muy alto, o sea: dinero que yo invertí. Además de haber pagado aviones para estar presente, mi estadía, el traslado de mi obra, mi tiempo, etc. Para dejarlo claro: la exposición del Recoleta me costó ciento cincuenta mil pesos de mi bolsillo.La exposición fue un éxito de gente y las ventas fueron muy bien, suficiente como para pagarme los gastos y dejarme una ganancia. Pero al día de hoy, 7 de Agosto de 2009, nadie sabe cuantas firmas más hacen falta ni cuanto tiempo más se necesita para que me den mi dinero. Es importante que esto se sepa porque detrás de todo lo maravilloso que resultó la exposición se esconde esta realidad que lo empaña todo y que no me anima, precisamente, a hacer otra exposición en Argentina.

Ciruelo"
Que verguenza. Difundanlo, comentelo, reflexionenlo, y entre todos, algún día, tal vez podamos hacer de nuestro país, un lugar presentable.

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