El fin de semana pasado por fin tuve lo que taaaaanto necesitaba y extrañaba: un fin de semana en las sierras con mis amigos. Y qué fin de semana!!!
Tuvo todo lo que precisaba para ser típico cordobés: paisajes inmejorables; más de 20 personas en una casa de la época de los jesuitas; tres asados seguidos; como 6 botellas de fernet; un arroyo a 10 metros; gente querida; una noche de risas incesantes; siestitas al solcito; mis mejores amigos; mate dulce con peperina; vacas y caballos; le faltó el picadito nomás y eso sólo porque "había que ir a buscar la pelota a El Descanso", jeje.
Eramos casi los mismos que hace exactamente un año atrás, y un par más. Nosotros cuatro llegamos el sábado a la tarde. La noche anterior impidió que llegarámos más temprano.
Nos reencontramos con un montón de gente que ya conocíamos. Y la Lulú!! Qué hermosa que está!! Qué grande!! Qué tierna!! Yo sigo insistiendo en que es igual a Bú de Monsters Inc.
Apenas llegamos tiramos unas carnes a la parrilla. Asadito de merienda, y era el primero de tres. Mientras se asaba la carne, le hicimos una visita a la playita que nos esperaba mas allá. La misma del año pasado.
Comimos el asado a las 7 de la tarde en el tablón que alguien construyó en el medio del parque.
A la noche llegó mas gente (o, más bien, volvió) y empezaron a hacer otro asado (ya era el segundo!!) El Fede, el novio de la Sofi, ofreció pizzas como entrada, un manjar. Y el Champa trataba de memorizar la receta.
Incluso hubo mesas de chicos y de adultos. Nosotros, por las dudas y antes de que se den cuenta, nos ubicamos en la de chicos, jejeje. En total, los “jóvenes”, es decir, los menores de... 27, jeje, éramos catorce.
Y bueno, el fernet iba y venía y la comida venía y desaparecía.
El debate sobre qué hacer a continuación se tomó su tiempo, pero al final la desición fue un juego de cartas que se llamaba “Jodéte” y que la mayoría no sabía cómo jugar. El error fue jugar por plata. Leo nos vació los bolsillos magistralmente.
Las botellas estaban cada vez mas vacías y proporcionalmente aumentaron las risas (y el ruido, por lo que nos trasladamos, los “jóvenes”, afuera) Fede y Gonzalo fueron los principales artífices del dolor de abdominales provocado por las carcajadas (con la asistencia siempre presente del otro Fede, y como no podía ser de otra manera, de Rosario)
Nos fuimos a dormir a las 6 de la mañana, no vaya a ser que el amanecer nos sorprenda despiertos :s
Me desperte justo 5 minutos antes de que Berni entre a mi habitación a, justamente, despertarme. Qué había de almuerzo?? Pues, asado!!!
Almorzamos los ochocientos que éramos, todos juntos en el tablón. Llenos a más no poder, nadie podía hacer mucho esfuerzo físico.
Mientras los adultos charlaban en la mesa, nosotros hicimos un círculo en el césped y de a poco íbamos quedando cada vez más horizontales. Teníamos que ir al río, pero entre la ingesta de alcohol, las pocas horas de sueño, y todo lo que comimos, no podíamos movernos.
Al final los levanté uno a uno, y la mayoría me siguió. Hubo un par de casos perdidos que prefirieron quedarse.
Una hermosa tarde de sol, una siestita en la arena, unos chapuzones, mucha charla y algunos mates y ya estábamos todos completos y listos para retomar la vida en la ciudad.
Emprendimos la vuelta los cuatro en el Corsa, cerca de las 19. Y llegamos a casa muy cansados, llenos de arena, con los cachetes colorados por el sol, pero felices. Muy felices.
Ese es el efecto que tiene en la gente, un fin de semana en las sierras cordobesas.
..........................................................
Y el martes pasado se fue Berni. Y ya se lo extraña. De a poco vamos quedando menos. O más bien, de a poco nos vamos haciendo "adultos", aunque nos resistamos, y la vida nos va llevando por caminos insospechados.
Y el martes pasado se fue Berni. Y ya se lo extraña. De a poco vamos quedando menos. O más bien, de a poco nos vamos haciendo "adultos", aunque nos resistamos, y la vida nos va llevando por caminos insospechados.
Pero lo que más me alegra, es que seamos un grupo tan valioso, tan conscientes de los amigos que tenemos. Y que nos digamos te quiero tan seguido, y con tanto sentimiento.
Les deseo a todos ustedes que alguna vez en la vida tengan aunque sea la mitad de lo que yo encontré en los amigos que elegí.
Les deseo a todos ustedes que alguna vez en la vida tengan aunque sea la mitad de lo que yo encontré en los amigos que elegí.