El domingo 16 de Septiembre nos embarcamos en una nueva aventura ( y aventura con todas las letras!!)
Les juro que fue igualito a la publicidad!! “AAAII WANA NOOOOO, JAV IU EVEEEERRR SIIIIN DE REEEEEIN!!!”
Nos levantamos 7.20 de la mañana!! El resto de los participantes llegó bastante puntualmente y cerca de las 8.30, luego de preparar bolsos, mochilas, carteras y bolsillos, partimos con dirección sur (...oeste :P).
El viaje por la autopista fue muy de película, si hasta Aline y yo íbamos cantando “un elefante, se balanceaba...”. Sólo que Aline la cantaba en portugues :S
Teníamos un arsenal de descuentos en los bolsillos (de las opciones de descuento que había la que mas nos interesó fue la de las etiquetas de Estrella Damm :P), por lo que la entrada nos costó solo 19€, jijiji!! Y bueno, ya con los tickets en la mano, teníamos luz verde!!
Fue un día lleno de adrenalina, velocidad, vueltas, tripas enredadas, pelos más enredados que las tripas, risas, y carcajadas también, y muchos gritos sobre todo, más vueltas, agua, aire y fuego (tierra por suerte, no mucha), y más risas.
El Parque de Port Aventura (que, by the way, pertenece a Universal) está dividido en 5 áreas diferentes que describen un círculo. Polynesia, Mediterrania, China, Mexico y Far West. No me pregunten el orden exacto porque la verdad es que no seguimos ninguno y con el sentido de orientación que tengo yo...
Para destacar, Dragon Khan en China, un revuelve tripas de aquellos, Furious Baco en Mediterrania, a una velocidad espeluznante, y la favorita de la mayoria, la terrible torre Hurakan Condor en Mexico. Stampida no se quedaba atrás, el problema es que te sacudía tanto que salías con dolor de cabeza y eso no molaba tanto :P (aunque al final subimos dos veces!! :D) Es una enooorme montaña rusa de madera (si! de madera! como las de antes!!), bueno, en realidad son dos, que se entrelazan, y que simulan una carrera de carretas tiradas por bueyes como en el lejano oeste. Y realmente se sentia como si fueras en el Corsa a 130 km/h por un camino serrano lleno de serruchos. Como te sacudia el cerebro!!
Además hubo algunos de esos que mojan que no pueden faltar, los mejores fueron la Tutuki Splash (adoré el nombre!!) y Grand Canyon Rapids.
Paramos para almorzar después del Hurakan Condor y dos Dragon Khan consecutivos (comer antes hubiera sido higiénicamente desastroso :D). Unos Hot Dogs transgénicos bajo unos gazebos polinésicos de paja. Ni les cuento el sueño que nos agarró después!! Así que lo espantamos con más atracciones, aunque por las dudas empezamos con algunas suavecitas. El Sea Odissey era una aventura virtual, que nos gustó bastante más de lo que esperábamos (la verdad es que estaba muy bien hecho). Seguimos con la KonTiki Wave que es una version del tipo “martillo” pero en un barco vikingo (bueno, vikingos en la Polinesia?? Como que no?? :P)
Cuando ya veíamos que se nos acercaba el final, nos agarró la desesperación por repetir, así que volvimos a la torre (les juro, es espeluznante, antes de caer, los asientos se giran 45 grados hacia el suelo!! Yo juraba que no le íbamos a acertar al hueco...) y nos pegamos una carrera furiosa hacia el Furious Baco (sic) pero no llegamos a tiempo asi que nos sentamos a tomar una coca. El broche final?? Un fabuloso y opíparo “piqui niqui” en el parking, al lado de nuestro amigo “Achís”.
Al otro día estábamos hechos una ruina, nos dolían todos los músculos, además del estómago y la cabeza...
Peeeeeero... como suelo decir: “Sarna con gusto no pica!!”
Nos juramos volver en Noviembre. Un sábado, que cierra a las 0.00hs. Quién se prende???
Próximo capítulo: “La Mercé”